Dejamos atrás una primera parte un tanto decepcionante en cuanto a ritmo y fuerza. Una banda sonora a veces demasiado silenciosa, unos personajes planos en ocasiones. Darse cuenta de los errores, trabajar en ellos y solucionarlos. De esa práctica tan lógica como, a veces, difícil de ver, tenemos un gran ejemplo con la segunda parte de Los Juegos del Hambre.
En Llamas nos sabe mostrar la profundidad del mundo creado por Suzanne Collins, nos deja ver realmente cuán lejos llegan los que mandan por mantener su orden, y que cualquier forma de revolución se llevará consigo muchas consecuencias. Escenas y diálogos potentes, gran puesta en escena, ritmo apropiado, música acorde. Ahora sí tengo ganas de ver la siguiente.