Y de repente una grata, muy grata sorpresa.
Pocas veces suelo ir al cine con bajas expectativas para verlas superadas con creces a la salida. Este ha sido un gran ejemplo.
Tom Cruise suele acabar ofreciendo productos que funcionan, siempre (personalmente no me gustó Oblivion, pero no digo que sea mala), y aquí vuelve a marcarse un taquillazo.